lunes, 18 de mayo de 2009
Nostalgia
Me levante un poco mas tarde de lo habitual, ya que era un día libre en el trabajo y mi esposa había decidido salir a casa de su madre desde muy temprano, aun no entiendo por que los días libres saben mejor que cualquier fin de semana, pero así era. Camine con tranquilidad hacia la cocina y prepare un café, me asome por la ventana y por alguna razón el día había amanecido nublado, justo como los prefiero, tome un paseo breve por la casa y en lugar de encender el televisor como generalmente lo haría, me senté a descansar en mi sillón favorito, tome un trago de café, puse una sonrisa en el rostro, mire hacia el cielo gris que se encontraba justo enfrente tras la enorme ventana y me vestí de nostalgia. Trace una línea recta en retroceso y me pare en el justo instante de un domingo en la mañana en que mi madre me preparaba mi desayuno favorito, sin preocupaciones, sin urgencias, sin limites y lo mejor, sin clases, poco tiempo después bajaron corriendo mis hermanas, una gritaba algo que no pude comprender y la otra soltaba un leve sollozo, intente decir algo, pero, que podía decir, era solo un niño de escasos 8 años, así que sonreí mientras mi madre me daba el desayuno y tranquilizaba la situación, termine de comer, me levante de la silla e iba a recoger mi plato para posteriormente lavarlo, pero de nuevo mi madre apareció, me dedico una sonrisa y lo hizo por mi. Camine impaciente hacia mi cuarto para iniciar una batalle entre mis juguetes buenos y mis juguetes malos, pero un hombre enorme, apareció frente a mi, el solo verlo era impresionante, era quizá, el hombre mas alto y mas fuerte y mas hábil del mundo, y también el mas tierno y cariñoso y mas sabio, era mi padre, me levanto sin siquiera utilizar la mitad se su fuerza y me dio vueltas en el aire, me lanzo sin esfuerzo en mi cama y comenzamos a reír, después de eso se retiro. En algún lapso de tiempo me quede dormido y al despertar ya era un poco mayor, me levante y aliste de prisa, pues era uno de mis días favoritos, lunes por la mañana, mis amigos me esperaban impacientes en la secundaria para contarnos las aventuras que pasamos el fin de semana y vivir algunas otras nuevas. Ese día creamos nuestra primera banda de rock. En alguna concierto en el garaje debió haberme vencido el sueño por que de pronto desperté ya un poco mayor, ya no me emocionaban tanto los lunes por la mañana, pero no había mejor día que los jueves de póker, tal vez un poco de alcohol y un mucho de historias interesantes y algunas recomendaciones de libros y recetas para una vida feliz, el tiempo paso y por azares del destino las cosas cambiaron, un poco de esto, un poco de aquello y un poco de todo, mis expectativas dieron un vuelco, mis metas ya eran otras y mis vivencias ya eran varias, en alguna parte del camino, descubrí que era necesario contar con algunas cosas indispensables para una vida tranquila, mi trabajo que tanto quiero, mi familia que es parte de mi día, la espiritualidad que me motiva, y los momentos simples en que en un instante soy un niño jugando, y al otro, soy un adulto en un sillón con una sonrisa en los labios y una lagrima en la mejilla.
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