miércoles, 13 de mayo de 2009

La gran prueba de humildad

Hace mucho, mucho tiempo, existía un hombre, era el ser mas virtuoso sobre la faz de la tierra, tenia la fuerza de mil hombres, el conocimiento de mil sabios, el tacto de mil mujeres y las habilidades de todos ellos trabajando en conjunto. Entre muchas otras virtudes. Pero tenia un gran defecto, le faltaba humildad, al saber que contaba con dichas habilidades, le gustaba que la gente lo tratara mejor que a los demás, o por lo menos, que le reconociera sus hazañas, las cuales, a pesar de ser dignas de recordarse, se restaban merito cuando el las hacia nombrar. Su padre, era uno de los magos mas reconocidos del reino y hablaba mucho con su hijo acerca de la humildad, pero este solo le respondía:

- Padre, tengo tantos dones que ya no hay espacio para la humildad- y reía

Cierto día el reino fue atacado por un ser maligno, aquel hombre, sin dudarlo un poco, salto en batalla y comenzó el feroz encuentro, después de varios días de combate la bestia estaba cansada, pero aquel héroe, sentía por primera vez que tenia un rival que hacía peligrar su vida, las personas del reino observaban el encuentro, temiendo por sus vidas y por el destino del lugar, mas nunca por el héroe, en un descuido de el hombre, la bestia maligna lanzo un ataque mortal, pero en ese justo momento, el gran mago hizo su aparición, dejando al feroz ser inmóvil por el ataque y vulnerable para recibir el golpe final, el héroe no dudo y mato a la bestia, acto seguido miro al mago y le dijo:

- Tonto, ahora todos recordaran este momento como el día en que el gran héroe necesito ayuda y no como el día en que vencí a la bestia maligna

El mago, tomo valor de su interior y lanzando el mismo hechizo que al ser maligno, paralizando a su hijo, el hombre, al estar sumamente cansado, no pudo librarse del conjuro y quedo de pie frente a la asombrada multitud, mientras el mago decía:

-Hay mi hijo, mi pobre hijo, siendo tan fuerte y tan sabio y tan lleno de virtudes, no has comprendido que la mayor de ellas es la humildad, voy a tener que hacer algo que me dolerá a mi mas que a ti, pero es por el amor que te tengo y por que quiero que mi hijo sea amado y no temido, que dividiré tu fuerza entre la de los mil hombres mas tenaces del mundo, tu sabiduría entre los mas listos, tu tacto, entre las mujeres mas virtuosas y tus demás dones entre las mil personas mas humildes, te dejare solo un poco de cada virtud y te mandare lejos de mi, hasta que encuentres el camino a la humildad, sellare tu fuerza en un pergamino que será como un imán, cuando encuentres dicho camino, lo podrás descubrir y lo mostraras al mundo, en ese momento, el pergamino hará su trabajo, llamando solo a esos seres en los cuales se han dividido tus virtudes y volveras a ser de nuevo, ese ser invencible que ahora dejaras de ser. El pergamino llevara por nombre, la gran prueba de humildad, y por contenido, el secreto, de donde vienen tus poderes.