Un día más, tres comidas diarias, un rápido paso por debajo de la regadera y un montón de cigarros. La eterna búsqueda de la estabilidad se vuelve a llevar acabo sin una pista o un detalle diferente a los que tuve ayer, la constante monotonía me orilla a tomar lápiz y papel para romper un poco con lo que generalmente hago casi por instinto todos los días, aun que en ocasiones llego a pensar que escribir tiene el mismo origen que todo lo demás, una necesidad no cubierta la cual por desgracia desconozco.
Me encuentro intentando llegar a la grandeza mezclando letras dentro de un limitado rango de veintisiete, y eso, contando la letra “ñ” de nuestra prostituida lengua castellana, o veintiocho si cuentas la “ll” como se enseñaba en las escuelas primarias hace tiempo.
Entro al ya vital Internet buscando en blogs y paginas a personas que han decidido pasar el resto de sus días de la misma manera en que yo lo he hecho, tratando de trascender escribiendo de todo lo que nos aqueja y molesta, sin una visión futurista o un escrito que aporte y no que delate o señale las anomalías de una sociedad en constante decadencia.
lunes, 6 de abril de 2009
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