viernes, 5 de junio de 2009

Movimiento

La paz y la tranquilidad son pésimos consejeros en tiempos de continuo movimiento, el permanecer estáticos hace que la mente se empolve y se llene de peso innecesario, ocasionando así, una pereza crónica que repercute en el desarrollo cotidiano de las ideas espontáneas; creando de tal manera un estado de psicosis personal y llevándote a caer en la demencia antiartística y en la errónea comprensión de un todo que debe permanecer constantemente evolucionando; perdiendo de esta manera, su perfecta naturaleza; un estado sublime de frenesí autoinducido o premeditado.