miércoles, 10 de febrero de 2010

De viaje

Soy un tipo algo nervioso, lo confiero, actitud que me ah llevado a meterme en una cantidad innumerable si de situaciones embarazosas; la gente siempre me dice que pienso todo demasiado, sin embargo, tengo dos cosas que refutar a eso, uno, que nunca es suficiente, y dos, que es mejor pensar bien loas cosas que cometer errores, sin embargo, es difícil tomar decisiones sin error alguno, por ejemplo lo que me sucedió la otra vez.
Como me habían dado una semana de vacaciones en la escuela, decidí, no sin antes tomar las debidas precauciones, ir a visitar a mi padre que vive en otro estado de la república distinto al mío; como el estaba trabajando solo nos veíamos por las tardes, evento que me dejaba toda la mañana libre; aburrido de estar leyendo y tocando la guitarra decidí, después de pensarlo durante dos horas, conocer el centro de la ciudad, como tome un taxi para llegar mas rápido, nada sucedió, la catástrofe vino en el camino de regreso.
Dado a que no contaba con el dinero suficiente para regresar a casa por el mismo medio en que viaje originalmente, pregunte donde podía tomar el camión de regreso a la colonia, después de los treinta minutos que me tomo interrogar a una persona hasta que me diera santo y seña del autobús correcto, espere leyendo meticulosamente el nombre y destino de cada camión hasta dar con el correcto, al subir y pagar la cuota reglamentaria, me senté hasta atrás, asegurándome de tener el asiento mas cercano a la salida mas próxima, solo en caso de que un tumulto de gente se acumulara y me impidiera la pronta salida; ya cómodo en mi lugar, vi un letrero que me dejo atónito, en la parte posterior del asiento del chofer decía en un cartel rojo con letras blancas “ Favor de anunciar su parada con tiempo” , en el preciso instante en que termine de leer el anuncio, pude sentir como mis dientes comenzaban a atraerse como dos poderosos imanes los de arriba con los de abajo, mi gaznate empezó a comprimirse, mis ojos salieron de sus orbitas mientras uno de ellos parpadeaba a velocidades supersónicas, el estomago seme revolvió, las rodillas se me juntaron mientras mis talones se separaban y succionaban mis dedos, comencé a pensar en la infinidad de posibilidades que suponía el tener que anunciar mi bajada con tiempo, lo primero que pensé lógica y velozmente al ver “ con tiempo” fue que tenia que decir, son las tres veinticinco, bajan, pero después dije, quizá tenga que anunciarme diciendo, bajan, son las tres veinticinco, rápidamente descifre que quizá al decir “ con tiempo” solo tenia que decir, son las tres veinticinco y el chofer entonces sabría que era hora de bajar, como siempre veo las noticias matutinas, recordé que en algunos lugares le llaman tiempo al clima, fue entonces cuando comencé a sentir otro espasmo de los malestares antes mencionados, quizá al bajar debería anunciar, hace un tiempo fresco con posibles precipitaciones, bajan, o tal vez, bajan, el tiempo esta agradable pero hay amenaza de lluvia, o pudiera ser que solo dijera, nubes ligeramente cargadas de agua y el chofer comprendería mi mensaje, aun que puse en duda su capacidad deductiva; temerosamente observe que el camión llegaba al lugar en que tenia que bajar, así que, me levante lentamente y recorrí todo el autobús mientras observaba de reojo que nadie me volteara a ver, me acerque lentamente al asiento del chofer y le susurre al oído “ son las tres cuarenta con cielo parcialmente nublado y posibilidades de precipitación” y con un tono aun mas silencioso dije “bajan”, el chofer me volteo a ver con cara de desconcierto, quizá mi pronostico era errado o la hora no era la correcta, sin embargo, detuvo el camión, baje de prisa y comencé a caminar con pasos cortos pero a gran velocidad mientras mantenía la espalda totalmente recta tratando de no voltear, sin embargo, un impulso me obligo a hacerlo, tal vez si hubiera esperado un poco mas en mi asiento, hubiese evitado ser yo quien diera el pronostico, pues al parecer solo una persona tenia que hacerlo, ya que las que venían atrás de mi, ni siquiera se dignaron en voltear a ver al conductor.