martes, 20 de octubre de 2009

Ante Dios como testigo

Por que te quiero y lo digo,
por que te extraño y te siento,
y es que de verdad no miento
ante Dios como testigo

y es que duele ser tu amigo,
pensándote desde lejos,
y por que hacernos pendejos?
si sabes que yo te sigo

en lo bueno y en lo malo,
en lo excelente y adverso,
recorrería el universo
y vendería mi ser mismo
por salirme de este abismo
en que me hundieron tus besos.

sábado, 3 de octubre de 2009

Ideas públicas

En vista de que la suerte con que hurtaba la camioneta de mi madre cada tarde se me había terminado, salí veinte minutos antes de lo normal de mi casa para tomar el transporte público, como en cualquier situación cotidiana de mi vida, el camión paso a lo lejos unos cuarenta segundos antes de que yo llegara a la parada, así que me vi obligado a esperar otros veinte minutos hasta que llegara el siguiente; cruce la calle para posarme bajo la amplia sombra que ofrecía una tienda de zapatos y comencé a observar lo que tenía tanto tiempo sin ver; podía distinguir la prisa con que algunos viajaban para poder llegar temprano a sus trabajos, sin otra cosa en su mente que repetirse una y otra vez, ya voy tarde, ya voy tarde, lo cual les daba un aspecto de distracción mezclado con simpática estupidez, en contraste a eso, se podía ver la calma con que otros caminaban, ya camino a casa, sus pasos eran mas enérgicos, pero sus rostros agotados y felices a la vez, una rara mezcla de expresiones pero si se mira fijamente el tiempo suficiente es fácil identificarlo. Llego el camión y me subí recordando los no tan viejos tiempos en que lo hacía a diario, me acomode, como de costumbre, en el asiento mas alejado al conductor y comencé a visualizar el recorrido, dándome cuenta que nada a cambiado en la ciudad, o al menos en mi colonia, reconocí a algunos pasajeros que veía diariamente y pude ver a otros meramente desconocidos, aun que para ser sincero no conocía a nadie; disfrute cada segundo del camino en aquel lugar donde se pueden encontrar los aromas mas ricos expedidos por el suave perfume de una hermosa mujer, o los mas desagradables provenientes de algún vagabundo; donde puedes ver a una niña sentándose dos asientos frente al de su madre marcando su cercana independencia o a algún raro personaje tocando la guitarra para ganarse la vida; no recordaba la inmensa variedad de personas, colores, fragancias y situaciones que en un corto recorrido se pueden vivir si se pone la suficiente atención. Ya cuando me baje, camine sin prisa hacia mi salón de clases y solo una idea cruzaba mi mente, la excitante idea de, al siguiente día, volver a tomar el transporte público.