domingo, 29 de agosto de 2010

El hombre y la piedra

Esopo fue enviado cierto día, por su dueño, a ver si había mucha gente en el baño. Llego halla y se encontró varios hombres que entraban a bañarse, no sin tropezar todos ellos con una piedra que obstruía la puerta. El último que vino, miro el obstáculo, bajose a quitarlo, y paso después sin estorbo alguno. – Señor, dijo Esopo al volver, en el baño no había más que un hombre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero no t molest lo tomare para agregarlo a mi blog m agrado bastant el concepto

NM

Javier Cardenas dijo...

No me molesta para nada, al contrario es bueno que se difundan este tipo de ideas, saludos