Creando nuevas amistades

La pequeña cortina de humo apenas dejaba ver las siluetas danzarinas que se encontraban frente a mi, o era quizá el exceso de alcohol en la sangre el que hacia ver a los presentes solo como siluetas tras una delgada cortina de humo, o tal vez era la forma de las siluetas las que hacían un efecto psicodélico, no lo se, simplemente puedo asegurar que era una escena muy desconcertante, en un ambiente bastante agradable, pero desconcertante sin duda. Las voces se escuchaban como ecos, y no por lejanos, sino por que al parecer la gente repetía varias veces lo mismo, todo era movimiento y sonidos, trabajando en conjunto de una manera acorde uno con el otro, cuando alguien caminaba, otro retrocedía, cuando alguien hablaba, otro respondía, todo bajo un efecto de incoherencia, pero sin duda en constante armonía, todos caminaban, todos hablaban, todos callaban, todos se detenían, todos bebían, pero eso si, no todos a la vez, cada cual a su tiempo, nivel y condición, la música se hacia presente y la multitud gritaba cuando había un corte musical o un corte instrumental, la gente primero bajaban la voz y se cercioraban de la naturaleza de este, si se trataba de un corte instrumental, aprovechaban para silbar, gritar o cantar la parte que seguía, en varias ocasiones empezaban antes que el interprete original, lo hacían para denotar que si se sabían la canción, aun que de manera repetida comenzaban otra parte que aun no seguía o que ya había pasado, eran pocos los que cantaban algo distinto, en caso de ser un corte musical, algunos aplaudían, otros aprovechaban para desear salud a los demás y otros se limitaban a gritar que ya pusieran la otra a pesar que se trataba de una rocola, nada era igual en ese momento, pero me daba la sensación de ya haber vivido ese lapso de tiempo en repetidas ocasiones, mi situación mental estaba elevado a un estado zen, mientras que mi lado sentimental era mas parecido a un animal en celo, no uno feroz, algo menos agresivo, parecido a un perro o un gato. Creo haber sido la única persona que vivía la quietud del momento, me sentía capaz de lograr cualquier hazaña pero sabia que aun que tuviera la capacidad no lo haría de todas maneras, los seres con los que creo haber llegado se encontraban ya dispersos por el reducido lugar, a pesar de las condiciones de espacio no logre ver a todos, aun que realmente no quería hacerlo, solo me cercioré que se encontrara aun de pie mi regreso a casa, como todo estaba en su lugar me puse de pie y me dirigí al baño, al pararme me di cuenta que aun era capaz de mantenerme en esa posición, pero no de lograr cualquier hazaña que me propusiera, aun que siendo sincero, no perdí la motivación de intentarlo, sin embargo, opte solo por observar a las personas que bailaban, las pocas parejas que se besaban y la única que estaba peleando mas con miradas que con palabras, un hombre me saludo en mi viaje al baño y después de un momento de duda, lo reconocí como el amigo de mi amigo, el cual acababa de conocer, llegue a mi destino y me percate que todo estuviera en orden, después hice mis necesidades que en ese momento eran mas bien exigencias, y me lave las manos, regrese, tome otra cerveza de la cubeta, puesto que por alguna razón los meseros se las llevan si están a la mitad, me senté donde mismo y me di cuenta que ya era yo el único en la mesa, sonreí no se por que y di el primer trago, a pesar de que el ruido no había bajado ni un decibel ocurrió el silencio característico de esas situaciones, un momento de confusión, un pequeño lapso en que solo escuchas tu nombre y la escena de el amigo de mi amigo tirado en el suelo con el rostro ensangrentado y todos mis conocidos mezclados con una muchedumbre de extraños, se escuchaban gritos, se veían golpes y alguna risa muy muy lejana, mi corazón se acelero y mi sonrisa salio a flote, no supe si fue por nervios o por placer pero afloro con la naturalidad que lo hacen los girasoles en las mañanas, me acerque a la multitud y tire un golpe al primer rostro desconocido que encontré, después de acertar en varias ocasiones todos los rostros me parecían desconocidos, una botella paso cerca de mi cabeza y una milésima de segundo después un pequeño trozo de vidrio me corto la mejilla, acto seguido vi un cuerpo caer, lo mire de reojo, otra persona se abalanzo sobre el para levantarlo, al no reconocer a ninguno de ellos le solté un golpe al que se encontraba de pie y después una patada al que parecía un poco desconcertado, podía ver de repente el rostro de mis amigos, algunos concentrados en la pelea y otro volteando también para reconocer alguna cara, varias veces intercambiamos miradas y sonreíamos y en algunas ocasiones encontrábamos un rostro desconocido, el cual, al igual que el nuestro, hacía un ademán de sonrisa y lo quitaba al instante, lo cual decía que ellos hacia lo mismo que nosotros buscando a sus compañeros, después de un pequeño instante, veías acercarse un golpe, el que tuviera la habilidad de reconocer al contrario mas rápido era generalmente el que lo acertaba, de pronto todo se transformo en un juego de tira y acierta y después, uno a uno se fueron alejando las personas, para ese entonces solo se escuchaban amenazas que sabias que nunca se llevarían a cabo y podías observar a los guardias y meseros con caras de furia pero sin ni una sola gota de sangre en sus blancas camisas. Ellos salieron por la puerta principal, nosotros por la de servicio gracias a que un mesero era conocido de mi amigo, quizá el único con unas pequeñas manchas de sangre, nada serio, sonrió, nos felicitó por que según a su ver habíamos ganado, nos despedimos dándole las gracias y nos retiramos con las camisas manchadas de victoria y una sonrisa en el golpeado rostro.